Independencia

Reforma integral de un típico piso Barcelonés del Barrio del Eixample.
Año de construcción: 1929

La cliente, madre soltera con un niño de 2 años, se vio obligada, por tema de espacio, a vender su piso después de 12 felices años.
Buscaba algo más grande y cómodo, donde poder vivir tranquilamente durante mucho tiempo, sin verse de nuevo obligada a cambiar.
Un piso en el cual empezar de cero y tener finalmente el hogar para crecer a su hijo.

En la lista de imprescindibles había: almacenaje, espacios abiertos (pero no demasiado), cocina grande, habitación de juegos - despacho.

La distribución de la planta original nos ofrecía 3 habitaciones, dos de las cuales se encontraban en la parte delantera del piso, mientras que la cocina estaba ubicada en el centro del pasillo, en la estancia que ahora huéspeda la habitación infantil.

De primeras no tuvimos ninguna duda en cambiar de lugar a la cocina, que necesitaba acercarse a la parte exterior y más luminosa del piso.
Por medio de un apeo en la pared principal logramos conectar el salon comedor a la nueva cocina, dando espacio a una bonita barra en la cual desayunar en familia o tomar copas con las amigas una vez acostado al pequeño.

Tiramos el único tabique que quedaba entre el salón y una de las habitaciones pequeñas, y levantamos una nueva pared colocándola en el centro de la sala con la función de separar el comedor del despacho (la desplazamos unos cuantos centímetros con respecto a la original para ganar amplitud en el salón).
150 centímetros de anchura que sirven tanto de sostén para la tele en un lado, como de apoyo a un mueble librería junto al escritorio del despacho al otro lado.

Gracias a este cambio de distribución hemos logrado separar la zona de dia con la de noche, hemos ganado espacio de almacenamiento en varios puntos estratégicos del piso, y hemos conectado las estancias principales, focalizandonos siempre en lo más importante: calidez, funcionalidad y estética.